Ayer murió Zaratustra. Es extraño. Sentí una presencia de vacío. Un manchón blanco en la periferia de la visión. Llamó mi atención. Cuando miré estaba con las patas hacia arriba. Murió durante la noche. A él le gustaba la música clásica. Especialmente su sinfonía homónima. Estoy triste. Era buena compañía.
Después de cenar lo dejaba salir para estar conmigo. Le gustaba caminar por mi cabeza. Solíamos sacar juntos la basura.
Lo puse sobre la mesada de la cocina. Guardé algunas de sus plumas. Luego lo envolví en papel de diario. Use la sección de espectáculos. Considere acertado no envolverlo en malas noticias.
Pensé en enterrarlo en el balcón. También en improvisar un crematorio casero. Preferí despedirme de la mejor manera viviendo con él una última noche. Luego de cenar escuchamos a Strauss. Sacamos la basura juntos por última vez y nos despedimos. Voy a extrañar a Zaratustra.
Tremendo, me tiembla la pera. Recuedo cuando murió mi canario (y mi hamster, y mi tortuga)- Invariablemente me chupó un huevo. ¿Está mal? ¿Qué dice eso de mí?
ResponderEliminarAlguno de ellos se posaba en tu cabeza y te hacía compañía mientras sacabas la basura? Alguno de ellos se posaba en tu cabeza y escuchaba atento a la música cuando te sentabas en la sala luego de cenar? No es tu culpa, tus mascotas fueron una manga de tibios. Zaratustra era especial.
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