Pensaba que los viejitos del mercadito eran un matrimonio, ahora sé que son hermanos. Tienen una lista de fiados, ella se encarga de anotarlos en una libretita. Huguito dice que es como los mercaditos de antes. No le conté que sospecho que ellos duermen juntos.
Ayer ella no estaba, seguramente estaba enferma. Él es un viejo grosero, no me gusta hablar con él. Siempre quiere darme las botellas “naturales”. Finge no encontrarlas en la heladera que usan como mostrador. Ella sí las encuentra. A mi me gustan frías. Es un anciano imbécil que tampoco quiere dar cambio. Me gustaría apretarle ese cuello de gallina que tiene.
Mientras me cobraba, el almacenero le decía a un muchacho que antes echarse un polvo se disfrutaba en serio porque era difícil, no como ahora que es tan simple como hacerse una paja. El piensa que es por eso que hay tantos putos, por aburrimiento. Yo no sé que pienso sobre esto.
Siguiendo la hipótesis del viejo, los "tantos putos" no serían por aburrimiento, sino por exceso de oferta. Por lo demás, a mi siempre me costó ponerla, Orlok. Introversión, le dicen.
ResponderEliminarEl viejo del mercadito jamás hubiera mencionado la palabra "oferta". Le tiene aversión a las ofertas. No quiere regalar ni el frío de la heladera. La lista de fiados fue idea de la boluda de mi hermana, dice él.
ResponderEliminarMaravilloso tu blog de letras
ResponderEliminarMuchas gracias!!!!
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