Beatriz Cohen volvió de sus vacaciones. Compartimos el ascensor. Es una judía rara, no es sectaria; ella se muestra para el vecino sin importarle que no esté circuncidado. Le pregunté si conocía a un tal Mariano Melgar. Me miró desconcertada. Luego me dijo que no. Le creo, nunca se vieron más que por intermedio del aire y luz.
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