Esa tarde vino mi tía. Hace tiempo que no la veía. Ella es la hermana de mi mamá. Cruzamos y tomamos un helado. Sospecho que su visita tuvo que ver con el altercado que tuve con el boliviano. Me preguntó algunas cosas sobre el mantenimiento de mi casa. No le contesté ni una palabra. Pensé en matarla.
Esa tía está más loca que el protagonista, me consta.
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